martes, 8 de junio de 2010

Cuando la conocí vivía para el amor.
No encontrarlo la hacía parecer
un cangrejo vacío.
Recuerdo su mirada perdida
en medio de ninguna parte.
En la playa, en el cine,
en la ciudad y en el campo.
Cuando se cansó de buscar
dejó de preocuparse por
los sentimientos
y el amor llamó a su puerta.
Entonces se dio cuenta
de que ya no lo quería
y del tiempo perdido.
El amor volvió a casa
con el rabo entre las piernas
y la mirada perdida.
En la playa, en el cine,
en la ciudad y en el campo.