domingo, 29 de agosto de 2010

Adiós, verano

Me quedaría para siempre en este lugar y en este momento de mi vida,
en este equilibrio mental/emocional tan dulce, perfecto y solitario.
Pero toca volver a casa, a la otra realidad,
y sólo espero que la serenidad espiritual dure más que el bronceado.

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