martes, 13 de julio de 2010

Hace tiempo

-Mira la Luna, ¿no te parece que está preciosa esta noche?
El silencio lo envolvió todo durante cinco segundos, el tiempo que tardé en intentar controlar la respuesta que inevitablemente terminó saliendo de mis labios:
-Es simplemente otra noche de Luna llena, una de tantas... ¿Es que no habías visto nunca la Luna o qué?
El tono de mi respuesta, por lo que pude advertir en sus ojos, no le gustó especialmente. Tragó saliva y se esforzó en esbozar una sonrisa que en ese momento no sentía pero que quiso mostrar.
-Sí, pero esta noche no es como todas... ¿no te parece? Para mi es muy especial... No sé, aquí tú y yo, los dos juntos en un lugar tan bonito...
Me miraba tímida, con una mirada fulgurante llena de ilusión. Por esa razón preferí no contratacar otra vez con un respuesta demasiado dura. Al fin y al cabo ella no tenía la culpa de mi desdicha.
-Sí, lo es. Te tomaba el pelo, tontica. Es una noche preciosa.
Me abrazó, me dijo te quiero. Yo fingí dicha. Fingí amor. Fingí una sonrisa y un beso.
Sigo sin saber por qué lo hice.

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