martes, 29 de noviembre de 2011

Versos intrascendentes Vol. VI

Estaba allí por alguna razón.
Dicen los que creen en el destino
que nada ocurre por casualidad.
Y allí estaba, como yo,
en aquel lugar que no era
ni para mi ni para ella.
No creo en el destino,
pero eso no es raro en mi.
Hay muchas otras cosas en las que no creo.
Lotería, religión, amor eterno.
Pero estaba allí, por alguna razón,
aunque esa razón no tuviese nada que ver
conmigo o con el destino.
Tal vez se había dormido con los ojos abiertos
y las gafas de sol me impedían verlo,
quizá esperaba a alguien.
Yo tampoco sabía que hacia allí,
pero allí estaba. Como ella.
Y allí nos quedamos los dos,
ignorándonos en compañía.
No creo en el destino,
y creo que ella tampoco creía.

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